[Elegía En Freedonia]



Sí, lo sé, había prometido no escribir sobre poesía y en un par de ocasiones he roto mi promesa. Ahora vuelvo a reincidir para comentar "Poemarx" de David Benedicte [Madrid, 1969]. Mira que ya son ganas de meterme en camisas de once varas y buscarme problemas. Benedicte no es amigo mío, ni siquiera conocido lejano. Intento no escribir sobre mis amigos que escriben para evitar que dejen de ser amigos míos, supongo. El problema es que si no escribo sobre ellos, algunos se enfadan igual. Es como cuando votas a un partido o dejas de votarle. Si les votas, aunque lo hagan de pena, piensan que lo hacen de maravilla. Y si no les votas piensan que la culpa es del votante que no les comprende y es estúpido e inculto. Siempre he dicho que escribo en este blog sobre lo que me apetece y lo que me da la gana. Intento escribir siempre sobre cosas que considero interesantes, incluso aunque no me parezcan totalmente magnificas. Busco libros o películas o asuntos que se salgan de la norma. "Poemarx" se sale de la norma. No sé si me ha gustado o no. Tampoco importa, pero no me ha dejado indiferente como me sucede con  la mayoría de los poemarios que leo acompañados del rótulo "Premio de poesía..." A este le ha tocado en suerte el Premio de Poesía Ciudad de Badajoz. En "Poemarx" todo es desmesurado algo caótico. Salen muchos Marx:  Karl Marx, y Harpo Marx, y Ennis del Marx, y Romarx Polanski.  Y otros Marx. Ya se puede apreciar, humor negro por un tubo. Hay un intento a medias conseguido de épater le bourgeois o sea de épatar alos poetas más o menos establecidos, un poco al estilo de los poetas decadentes franceses de finales del XIX. Hay muchas ganas de llamar la atención y ser el más listo de la clase. Muchos poemas largos con justificación a la francesa tipo "Croché de izquierda" o "Kate Morx" o "Verano azul". Hay un gusto estimulante y fresco por provocar al lector. Hay mucho cine. Incluso una "Kar Telera" final que incluye interesantes títulos cinematográficos revistados por Benedicte. A veces se pasa y a veces no llega y el poema se le queda en chiste, pero cuando acierta es genial. Un par de ejemplos: título [El padrino] Lo primero de todo es la familia; / de segundo, tenemos espaguetis. Titulo [Fantasía] ¿Cuándo desratizarán Disneylandia? Hay mucho sobreentendido y mucha mala leche. Y unas gotas de reivindicación  en poemas como "Chinatown" o "Elegía en Freedonia" y ganas de tocarle los huevos al personal bien pensante en poemas como "Aparición marxiana" o "The Walking Dead" que debería subtitularse de golfistas incorruptos y poetrastos falangistas, o "Brokeback Mountain" del que reproduzco el comienzo: Ennis del Marx encula a Jack Engels/ con ademanes de rudo vaquero/ mientras cuenta las ovejas del rancho/ ganadero de Brokeback, en Wyoming. Compré el libro en Barcelona y lo leí de un tirón en el tren de vuelta. Lo he vuelto a leer un  par de veces. Desde luego todos los poemas no están a la misma altura. Quién lo pretende. Es raro que a un poeta le salgo un poemario perfecto al cien por cien, algunos ni siquiera al cincuenta por cien y tienen premios nacionales de la crítica. "Poemarx" es imperfecto, pero abunda la imagen imprevista y perturbadora y el sentido visionario que no debe faltar en la poesía y a ratos provoca una sonora carcajada. Y está bien que de vez en cuando la poesía se tome tan en serio que no se tome en serio en absoluto y como  se  dice en uno de los poemas titulado "Frenopático": Ha de haber locura en la poesía / ha de haber locura en la poesía/ ha de haber locura en la poesía/ ...There have to be madnesses in the Poetry. Pues eso, ha de haber locura en la poesía porque como se afirma en otro de los poemas, en el fondo no somos más que lectores de códigos de barras. Si lo encuentran en alguna librería no pierdan la ocasión de echarle un ojo. Es un poemario en extinción. Puede que solo existan setecientos ejemplares.