[El Martirio Del Oficinista]




¿Por qué vine
a trabajar
a este lugar?


¿No pude
encontrar
nada mejor?


[Absentismo Laboral]


Moi même
David Benedicte

a los 39 recién cumplidos
derivé hacia la polipoesía
abarloándome
a estribor
de las rimas incumplidas.

Imagino
que será

a partir de los 65

cuando me despida
a la francesa.
Como hizo el joven viejo Arthur Rimbaud.

Lo tengo hablado con el Imserso.
Pienso
pirarme a Adén (Yemen)
un año sabático.


Donde resucitaré

eso espero
al lado de una abisinia.













Diez, indiscretas y arrabaleras


01. Fue bebido a 'La noche", un programa de televisión, ¿lo recuerda?


En aquel momento yo sólo bebía agua o Coca-Cola. Topor decía con humor: «El día que Arrabal beba vino o alcohol será el más importante del siglo». Aquella noche, con mucha sed, bebí lo que imaginé agua y era anís. El único recuerdo que guardo es el de mi despertar mientras se me hacía un lavado de estómago.


02. Vio usted a la Virgen a tierna edad, ¿cómo acabó aquello? ¿Se comprende la envidia que sigue despertando esta aparición?


Creí ver a la Virgen a los 17 años, que no es edad tan tierna. Me hubiera parecido inelegante y arribista comunicarlo en tiempos del catolicismo triunfante.


03. ¿Qué le inspira Zapatero?


Su biografía ¿plagia secuencias de la mía? Somos él nieto y yo hijo de oficial republicano condenado a muerte. A los dos las monjas nos enseñaron a leer. Los dos estudiamos Derecho. Luego tomamos vías opuestas.


04. Lo de Bush en Irak, ¿es otro Pic-nic?


Mi Pic-nic en el campo de batalla se representa en este momento desde Finlandia hasta Nueva Zelanda, pero ¿no es en los EE.UU. donde más y mejor se representa hoy?


05. ¿Cuál es el acto pánico por excelencia?


Organizar banquetes de ciegos con manjares azules como heliogábalo.


06. ¿Es cierto que cortó con los surrealistas porque se tomaban la vida ‘en serio’?


Topor, Jodorowsky y yo creamos el movimiento pánico estando con ellos. ¿Eran poco serios?, ¿como los camaleones de la política?


07. ¿Cómo se ve la cultura española desde el ‘exilio’ francés?


En biología molecular disfruta de una mejoría evidente, si comparo con diciembre de 2000 cuando coincidí en TVE con la ‘autoridad’ de este ramo.


08. Defina el delito de injurias.


Con la injuria se jura en la jauría. ¿No es la injuria el recurso injusto de quien no sabe juzgar?


09. Condenado por el franquismo tras dedicar un libro, ¿tan fuerte fue lo que puso?


Los fuertes entonces ¿eran los que condenaban y murieron en sus camas con las botas puestas?


10. ¿Qué le deben Franco y el franquismo?


Infinitamente menos que lo que a la mayoría de españolitos de a pie, que tantas patadas recibieron, y que la pareja que mató a mi madre a los biznietos desposeídos.


[Poética del Bar (Muñoz)]




Pongamos que hablo de Madrid. Y de un «poeta de provincias», según su propia definición, Antonio Gamoneda [Oviedo, 1931], en el que nada es lo que parece. Leonés nacido en Asturias. Ensonotonado, pero con un oído para engarzar palabras que para sí quisiera el próximo niñato que aspire al Rimbaud resurrecto way of life. Con la modestia propia de la edad, pero con el Cervantes, medallón más notorio de las letras españolas, colgando aún sangrante de su pechera. Pongamos que ese poeta me insta a ayudarle a encontrar un sitio donde poder fumar sin censuras hoteleras mientras responde mis preguntas. Bar Muñoz. Dentro, parlotean, en la mesa de nuestro lado, cinco juanis que redecoran en rojo sangre sus labios, realquiladas en torno a un botellín de Mahou prejubilado. Estas niñas resabinadas son princesas. Y una máquina tragaperras llama a oración. Y, sobre nuestras cabezas, una tele escupe despojos de gloria marchita. Es la vida. Vida y poesía que se enredan como versos modernistas. Pongamos que entrevisto, entre dos paréntesis, al poeta. Y que en sus respuestas retumba la vida con la contundencia de un disparo.


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XL. ¿Escribirá su nieta poesía?
A.G. La poesía va a permanecer. Minoritariamente. Pero, la poesía, tanto en el terreno del lector como en el del creador, es un instinto con millones de años y por eso nunca va a desaparecer.


XL. Zapatero regala por Navidad poemarios suyos. ¿Qué le hace sentir eso?
A.G. Me satisface. Quizá porque somos del mismo pueblo, aunque él nació en Valladolid, pero fue por un empeño del padre, que era médico y quiso que José Luis Rodríguez Zapatero naciese bien atendido en Valladolid. Pero, bueno, si le interesa mi poesía por una razón afectiva y de paisajane, quiero creer que también le interesa como tal.

XL. ¿Qué es la gloria?, ¿qué es la gloria literaria?

A.G. A eso le constesto rapidísimamente. No lo sé. No tengo ninguna noción gloriosa.

Las verdades del borrachuzo





la poesía debe retirarse continuamente de sí misma, alejarse de sombras y reflejos. la razón de que se escriba tanta poesía mala es que se escribe como poesía y no como concepto. y la razón por la que el público no entiende de poesía es que no hay nada que entender, y la razón por la que la mayoría de los poetas escriben es que creen entender. no hay nada que entender ni «recuperar». sencillamente hay que escribir. alguien. en algún momento. y no muy a menudo.


no obligo a la mano a escribir la mentira sólo para crear otro poema.



la policía pregunta: ¿qué hace aquí a la orilla del agua? mientras yo escupo un diente podrido y me aguanto la hemorragia en el costado. la policía pregunta: ¿cómo es que no está durmiendo a estas horas de la noche? mientras los peces atacan a los peces y los huesos de César están tan quietos, la policía pregunta: ¿dónde vive? no, ¿por qué vive? sino ¿dónde? y me llevan a su trena, un antro de madera y acero. ¿cómo se llama? me preguntan. hacen todas las preguntas fáciles y supongo que por eso son tan gordos y valientes y limpios.


voy a abrir otra votella. no una votella, sino una botella. tú la abres y yo me la bebo. y tu intenta escribir tanto como he escrito yo sin caerte de la silla. Mientras tanto vete al infierno hasta que puedas entender la desesperación de vivir el arte sin un bigote falso. lo sé, lo sé, no es eso, desde luego no es eso: me duele la cabeza como un coco rodando sobre piedras y todas las rubias son viejas, y las hojas crujen bajo mis pies.



Cuatro fragmentos de 'Fragmentos de un cuaderno manchado de vino'.


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la POESÍA es la forma más breve, dulce y explosiva. ¿para qué escribir una novela si puedes contarlo en diez versos? ¿Por qué escribir diez novelas cuando puedes escribir 10.000?


Extracto de 'Un delirante ensayo sobre la poética y la condenada vida escrito mientras bebía media docena de latas de cerveza (altas)', de Charles Bukowki.





[Poética del 'hambre']







La realidad (la cruda realidad) se cuela por cada verso de este libro. Ya era hora de que los EREs y demás fueran fuente de inspiración.
Y tanto que sí. E imagino que la cosa, a partir de ahora, irá a más. La poesía, ya sea hecha a partir de un recorte de prensa o ante la contemplación de la rosa en ristre ante una divinidad que lleve siglos muerta, es uno de los últimos canales de expresión libre, global y verdadera que todavía nos quedan. El otro, y cada día que pasa estoy más seguro de que sólo nos quedan dos, es internet.

¿Estamos con libros como el suyo ante una nueva poesía social?
Sí. Aunque en este caso la denuncia de las condiciones políticas, tanto por cuestiones lógicas como de necesidad, pase a ser de condiciones económicas. Sin embargo, la reivindicación de la libertad sí que sigue siendo muy parecida. Hoy por hoy, el dictador hace las funciones de un jefe de personal y existe más censura previa frente a la máquina de café de una oficina que en las columnas de opinión de un diario de los años 50. De todas formas, ¿vale realmente para algo etiquetar la poesía?

Exageramos si pensamos que el trabajador, el ciudadano, vive en una suerte de campo de exterminio, una realidad kafkiana y opresiva, un nuevo Auschwitz?
No, ni mucho menos. Basta con entrar en una de las abarrotadas oficinas de empleo de este país para constatar que se trata de una parábola de lo más acertado. Es allí, en su interior, donde se percibe esa especie de holocausto cotidiano en el que seguramente acabemos todos por dejarnos engullir. Aun así, exagerar es, o debería ser, el primer mandamiento del poeta que pretenda ir más allá de un mero 'juntaversos'.

Hábleme de poesía y periodismo. Parecen mundo muy lejanos, pero no tiene ni debe por qué ser necesariamente así.
Así es. De hecho, hasta no hace mucho tiempo, en los periódicos se prodigaban los 'poemas periodísticos', que eran crónicas, reportajes o noticias en forma de poema. Umbral, Cela, Campmany recogieron el testigo de la carrera que había iniciado, en el siglo XVIII, o sea, en los mismos albores del periodismo, el clérigo Francisco Gregorio de Salas. Es curioso, pero el último periodista español que cultivaba recientemente el género fallecía recientemente. Se llamaba Félix Antonio González, firmaba como 'conde Ansúrez' y escribía en 'El Norte de Castilla'. A quienes hoy nos fajamos entre la trinchera de la poesía y la del periodismo quizá sólo nos quede mantener el espíritu de la primera en el segundo, aunque sólo sea por una cuestión de mera supervivencia.

“Restaurante Mengele. Especialidad en codillos y carnes a la brasa”. No se corta usted. La lírica también debe ser deslenguada y vitriólica.
La lírica debe ser, ante todo, libre. Por mucho que en ocasiones nos aterre el abismo al que nos asoma. Quizás haya llegado la hora de pedir a quienes aún contemplan rosas en ristre, a esa camarilla de poetas que facturan pompas de jabón y nos las venden como algo excepcional, que se encierren en sus cátedras, o en sus jurados o en sus chanchullos editoriales, y den paso a lo nuevo.

En este panorama, los becarios son los nuevos judíos con la estrella de David amarilla en la manga.
En este panorama, becarios somos todos los que trabajamos de forma autónoma o por cuenta de terceros. Y sí, vamos marcados, sin saberlo, por la estrella judía en la manga en recuerdo de quienes se vieron obligados a perderlo todo por culpa de la sinrazón.

Y, por supuesto, la inevitablemente, típica y tópica…. ¿Con qué autores ha crecido usted como poeta?
A ésta te contesto con un poema propio. Se titula 'Poética del hambre'. Espero que te guste.

La poética del hambre
ésa es la mía
la de William
la de Jack
la de Patti
la de Henry
la de Wystan Hugh
la de Edith
la de Percy
la de John
la de Antonio
la de Oliverio
la de Nicolás
la de Alejandra
la de Gertrudis
la de Federico
la de César
la de Leopoldo María
la de Blas
la de Virgilio
la de todos los poetas que
como yo
están más muertos que vivos. *



* Impecable cuestionario el que me hizo llegar el otro día el 'colega' Manuel de la Fuente para el diario 'ABC' en el que curra. No sé qué hará con esto en el papel, pero estoy deseando leerlo. ¡Muchas gracias por todo, Manuel! En cuanto a lo de la foto, sin comentarios. O sí. Dos o tres.


El 28



Diluviaba tenaz,
arrebatadamente. Tanto, que aquel tipo confundía el reguero de cada gota con sus propias lágrimas. Una de esas tormentas en las que los contornos de las cosas adquieren vida dentro y fuera de uno mismo. Recordó que Pessoa había escrito que no hay mejor forma de entrar en la ciudad que el propio Tajo, a bordo de un barco, para contemplar «las casas que parecen agruparse vivazmente como racimos sobre las colinas». Lo que nunca contó el poeta es la manera en que se sale: mortalmente herido. Los demás, incluido el camarero, tenían muy poco que decirle. Por eso guardaban una distancia calculada. Le parecía bien. No se sentía culpable. Lo único que pretendió fue impedir la ruina de su corazón. Se limitaría a mirar a la gente. Aseguraría su silencio total. Entre tanto, no dejaría de llorar. La vida se compondría a partir de entonces de menudencias: un licor de cereza, la visión de una joven madre empujando un carrito en mitad de la lluvia, un tranvía (el número 28) deslizándose por el empedrado camino del cementerio Dos Prazeres. Vació después de suspirar una copa, otra y otra más. En Lisboa, nada es lo que aparenta: el Tajo parece un mar, aunque no es más que un río; las negrazas caboverdianas semejan diosas, pero son mujeres. Que hieren como las balas. Que hacen sangrar saudade.

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Se preguntan los poetas de los Trecetrenes, según el pánico Arrabal, si no es demasiado pronto para saber si es demasiado tarde. Lo único que yo sé es que se siente uno bien, y en la mejor de las compañías, a bordo de su vagón de cola.
Gracias a Esther, a Lara y a Nuria por estar
ahí. Bon voyage!
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San Antonio Vega, patrón de los 'yonquis'




La suite está en el séptimo piso del céntrico hotel, Madrid es un rumor, y una sirena del Samur traspasa nuestro apretón de manos como la banda sonora de un filme nada original. Saludo a un Antonio Vega [Madrid, 1957] al que encuentro `desenfocado´. Como si esto fuese una película de Woody Allen, pero no tuviera ninguna gracia. Lo entiendo. El mítico cantante de Nacha Pop perdió a su pareja hace unos meses. Su fragilidad inicial -cualquiera diría, al verlo así, roto en mil pedazos, que el músico podría derrumbarse en cualquier momento- da pie a la actitud de quien tiene las ideas muy claras. Frente a él, nada es lo que parece. La timidez, dignidad. El dolor, ironía. Y una cosa está clara: la movida madrileña fue una extraña religión, sí, pero también tuvo su profeta.
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E.S. ¿Cómo se queda uno cuando le dan por muerto?

A.V. [Sonríe] Me hizo mucha gracia porque de pronto viví momentos de absoluta irrealidad. Entonces me dije: «¡Coño!, ¿será verdad? ¿Será verdad y de pronto estoy aquí como en las películas esas en las que uno está muerto pero no lo sabe?». Corrí enseguida a tocar las cosas de mi alrededor para cerciorarme de que estaba vivo. Luego, en definitiva, es algo un poco triste. Dices: «Joder, y en el caso de que estuviera muerto, ¿qué pasa? ¿Vais a utilizarlo como arma arrojadiza?». Sería el colmo que a uno le reprocharan haberse muerto. Pero lo peor de todo es que algunos lo convirtiesen en una estrategia de marketing. Pobre gente la que juega a eso. No me gustaría ser ese vivo. Preferiría ser este muerto que ese vivo. Les venía bien que en aquel momento estuviese muerto para dar salida a un proyecto de mercado. Pero la vida coloca a cada uno donde le corresponde. No me he preocupado por vengarme. Bastante tienen con lo que tienen.