Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma.
Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un trayecto en tres etapas a
través del paladar e impacta, en la tercera, contra los dientes. Lo. Li.
Ta.
Era Lo, Lo a secas, de mañana, con su metro cincuenta y una sola media.
Era Lola en pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores sobre la
línea punteada. Pero en mis brazos, era siempre Lolita.
¿Si tuvo una precursora? Sí, sí que la tuvo. De hecho, quizás no habría
existido Lolita para mí si yo no hubiera amado, un verano, a cierta niña
iniciática. En un principado junto al mar. ¿Que cuándo? Casi tantos
años antes de que Lolita naciera como tenía yo ese verano. Siempre se
puede esperar de un asesino una prosa elegante.
Damas y caballeros del jurado, la prueba número uno es lo que los
serafines, los malinformados e ingenuos serafines con sus nobles alas,
envidiaban. Miren esta corona de espinas.
Arranca el escritor nórdico Andri Snaer Magnason (Reikiavik, 1973) su libro Sobre el tiempo y el agua,un ensayo narrativo sobre la crisis medioambiental global
que ha publicado en España la editorial Salamandra, haciendo hincapié
en el zumbido. En ese mismo zumbido que, según él, nos engaña y resulta
ser algo similar a intentar grabar el ruido que producen las erupciones
volcánicas. Para muchos, sostiene Magnason, la expresión “cambio climático” es un mero zumbido con el que engañamos al cerebro para que no perciba la magnitud de la tragedia.
Así, de este modo, en medio de este peculiar ‘zzzzzzzzzz’ que a todos nos adormece,
dejamos que transcurran las horas, los días, los meses, los años, y lo
hacemos sin reaccionar de manera apropiada ante lo que acontece. “Y mientras todo se desmoronaba / nadie prestaba mucha atención”, como cantaban los Talking Heads a finales de los ochenta del pasado siglo.
"Hoy nace un escritor, a no ser que se mate en una moto, caiga en la
droga o termine sus días en la cárcel de Carabanchel". "Su
'Travolta...' está en la corriente actualísima del realismo sucio pero
con una escritura propia y fuerte, una construcción sabia y un humor
seco y nuevo que debe ser el de esta juventud: el autor tiene
veintitantos años. Me enorgullece patrocinar una primera novela tan
lograda, la mejor en su género dentro de España" (Francisco Umbral)
"David
Benedicte tiene el sabor del idioma y acierta a juntarlo con la riqueza
de lo vivido o lo soñado o lo imaginado o lo inventado. En fin, la
eterna e infrecuente canción: tiene algo que decir y sabe decirlo" (Bernardino M. Hernando)
"Poeta desvelado, de una aspereza clarividente" (Juan Manuel de Prada)
"Muy buena 'Espanis Sico', tu novela autobiográfica. Mi favorita junto con 'Guía Campsa...'" (Miguel Ángel Martín)
"'Maremágnum 44': excelentes situaciones prendidas en inteligentes –e inquietantes– 'extravíos' y transgresiones" (Antonio Gamoneda)
"'Tiempo
muerto para Alí', publicado por Ediciones B, es una obra que destaca en
el mediocre panorama literario español y que trasciende de las
banalidades que muchas veces encabezan la lista de éxitos. La voz de
Benedicte nos hace reflexionar y nos lleva a territorios desconocidos
que existen no muy lejos de nuestro entorno más cercano' (Pedro G. Cuartango - El Mundo)
Las
referencias literarias y artísticas son claves en la poesía de
Gimferrer. En la conversación con Barceló surgieron los nombres de
Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra
Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David
Benedicte. - See more at:
http://www.hoyesarte.com/entrevistas/c32-artistas/en-los-momentos-mas-dificiles-es-cuando-mas-necesaria-se-hace-la-cultura_134073/#sthash.qjPobIfA.dpuf
Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra
Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David
Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser
entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que
yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no
poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
- See more at:
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Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra
Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David
Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser
entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que
yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no
poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
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Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra
Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David
Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser
entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que
yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no
poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
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"Benedicte
es una de las voces más curiosas y originales de la narrativa española
del momento". "No es autor proclive al costumbrismo, antes bien es un
dinamitador de géneros porque posee corte lírico y algunas de sus
metáforas valen por páginas enteras, lo que es mucho decir" (Juan Ángel Juristo)
"David Benedicte es uno de los poetas
más sólidos de la quinta del 70, uno de los más sorprendentes,
rompedores y originales. Pero siempre con los pies en el suelo y las manos en la masa de las apasionadas coordenadas del ser humano" (Manuel de la Fuente)
"No
es un escritor al uso y no entendemos por qué derroche de malditismo
suele pegársele al instrumento con que escribe la pasión de una mirada
libertaria, fronteriza si se quiere y ajena a arquetipos y a moldes
convencionales" (Paco Huelva)
"Espanis
Sico. Poesía del horror. Brutal y emocionante. En tiempos de lo
políticamente correcto David Benedicte destruye lo correcto y lo
político. Un guiso de plantas carnívoras." (Ángel Fernández Fernández)
"David
Benedicte, desfacedor del discurso del capitalismo, experto en mirar
oblicuamente de frente a los ojos de la realidad para dinamitarla" (Alberto García-Teresa)
"Es el 'punkie' de la poesía española" (María Eloy-García)
"David Benedicte y la proesía, o sea, el mundo por delante, lavapiés, manosarriba, ahí fuera" (Felipe Valle Zubicaray)
"A la poesía, o se va con dinamita o mejor no molestarse" (José García)
"Es el Bret Easton Ellis español" (Pepe Cueto)
"Va
sobrado de ingenio Benedicte en 'AnoGrexia'. No puedes partirte la
caja todo el rato y me irrita un poco la disposición versal centrada en
algunos poemas. Pero pasas un buen rato, a qué negarlo" (Juan de Dios García - La Galla Ciencia)
"Literatura
juvenil es tu Bestia de 'La Bella y la Bestia, con ardor de estómago,
eructando, y dándole patadas al lenguaje, retorciéndolo, inventándote
vocablos, jerga, una nueva poética (me encanta lo de poesía a
dentelladas), como hacen los chavales...'" (Patxi Irurzun)
"Su
'Tiempo muerto...' es una novela para reflexionar que seguro no tardan
en llevar al cine, un thriller a ritmo de chotis, un personaje, Paco
Carpena, espectacularmente desarrollado; una novela – tributo a las
víctimas de Charlie Hebdo; y es que «la religión no es algo inmutable, como algunos pretenden» " (Luis Vázquez - Revista Fiat Lux)
"Resulta
que la bestia de 'La Bella y la Bestia' vivía en Madrid. Y que, con
algunos achaques por la edad y la mala vida, participaba en una terapia
de grupo junto a otros villanos venidos a menos como Lobo Feroz,
Maléfica, Cruella de Vil o el Capitán Garfio. Así lo imagina David
Benedicte en 'Belleza interior', su versión del cuento de hadas que ha
reinterpretado para el proyecto Te cuento... de la editorial navarra
Alkibla"(Ion Stegmeier - Diario de Navarra)
"David Benedicte, cuando escribe, tiene polvo de hadas en los dedos" (De un informe de lectura en Seix Barral)
Lo de sobrevivir al pop-art tiene mérito. Sobre todo
cuando eres uno de sus padres putativos y sabes que Hockney, tu primer
apellido, se ha convertido, como por arte de magia (aunque con más arte
que magia) en marca registrada. La de los clásicos vivientes que lo son
desde jóvenes.
O sobrevivientes, como es el caso. Pero pasa el tiempo y la verdad desagradable asoma:
te ves una mañana de mayo frente al mismo lienzo, con la misma gorra,
las mismas gafas y las mismas e irrefrenables ganas de seguir pintando
que tenías a los 18 años. E intuyes que sigues siendo el joven
hambriento de brochazos y colores de fuiste.
Al monstruo es imposible no verlo. Se presenta ante nosotros tal y como es en toda su crudeza, en cada una de las rugosidades que le definen como esencialmente diferente (recordemos que monstruoso únicamente significa: aquello que no está en su propia naturaleza). De otro modo, un monstruo apela al significado profundo de la propia mirada. Hasta su más absoluta y brutal desnudez. Si cada época tiene su monstruo, la nuestra, con sus evidentes incertidumbres y sus melodías apocalípticas, los posee a todos ellos. Los monstruos funcionamos a la vez como metáfora y como hipérbole. La exageración sirve para desnudar los gestos más escondidos y diminutos de la infancia. Lo que importa no es tanto la turbia y repelente superficie del engendro sino su interior. Lo relevante no es tanto la brutal naturaleza de lo extraño como la sucia certeza de lo propio. El monstruo eres tú. Lo monstruoso está en tu yo.
David Benedicte, de Espanis Sico (Matraca Ediciones, 2021)
Este no es un ensayo sobre cómo podemos salvar a los árboles, sino cómo
ellos podrían ayudarnos a nosotros. Basta con observar, prestando
atención, los complejos circuitos de vida interdependiente que crean a
su alrededor. Ocurre en todos los bosques del planeta. Es más, el descubrimiento más relevante de este libro es la existencia de muchos ejemplares de “árbol madre”. Se trata de criaturas sociales y cooperativas conectadas por redes subterráneas a través de las cuales se comunican su vitalidad y sus vulnerabilidades, desarrollando vidas comunitarias muy parecidas a las nuestras. Hay mucho que aprender de su estilo de vida. Pero aún estamos a tiempo.
Un escritor trotamundos decide alejarse por completo del mundo, de modo que abandona la ciudad y la vida cotidiana
para instalarse en la otra punta del planeta. Elige como objetivo de su
desafío extremo vivir el final del invierno y parte del verano en
Siberia. Medio año de soledad y naturaleza que el autor relató en un
libro y acaba de ser adaptado en formato cómic. El resultado es una obra sorprendente.
Hay quien, para escribir, tiene que encadenarse a la pata de su mesa. Otros, sin embargo, no paran un minuto en casa.
Seis meses. Ni uno más. O sea, unos 180 días. Medio año. Un periodo de
tiempo más que suficiente para Sylvain Tesson (París, 1972), autor de
libros de vi aje e indómito aventurero, para dar a luz una nueva obra y
cumplir con un objetivo existencial: alejarse del mundanal ruido, en
plan beatus ille extremo, para vivir el final del invierno y parte del verano en Siberia. Seis meses, repito. Ni uno menos.
En Los besos, la nueva novela de Manuel Vilas, publicada por Planeta,
Salvador, su protagonista, huye del mundanal ruido urbano provocado el
Covid-19 para toparse de lleno con la naturaleza. No obstante, lo que
encuentra es el amor. Un amor nada quijotesco que, aun así, tiene mucho
de cervantino. Y así nos lo cuenta, de una forma tan poética como
esperanzada: “Así me ha pasado a mí, solo yo, con esta ridícula fe en el
amor por una mujer, ridículo y triste y viejo, pero enamorado, como ese loco de la novela de Cervantes, defensor de una fermosura que yo defiendo contra la Historia, contra el Tiempo, contra la Muerte, contra la Oscuridad”.
Recitó las poesías “La poesía salva vidas”, “Palomo equivocado” y “Play
Boys don’t cry”, en las que mostró fuerza e ingenio a partes iguales y
también una profunda crítica social que no elude temas ni personajes. La
lectura teatralizada de sus poesías fue acogidas por el público
asistente con una fuerte ovación.
A tumba abierta. Como han de hacerse las cosas cuando uno aprende,
por fin, la lección de que el tiempo apremia. Sin nada que perder y en
libertad plena. Pia Pera abre la primera página de un diario con fecha de caducidad casi inmediata y comienza así un diálogo imaginario con sus gardenias, buganvillas y rosales en el que todos, sin excepción que valga, nos vemos reflejados. Y el resultado es: Aún no se lo he dicho a mi jardín, traducido del italiano al español por Errata Naturae.
Cuando acaban de cumplirse cinco años de la muerte de la autora de Diario de Lo, la aclamada revisión del mito de Lolita, aparece traducida en español esta conmovedora crónica de un cuerpo que se marchita obedeciendo las leyes de la naturaleza.
Que la vida iba en serio, ya nos lo advirtió aquel
poeta barcelonés que quiso ser poema tras repartir su biografía entre
versos blancos y un empleo en la Compañía General de Tabacos de
Filipinas. Sin embargo, esa misma vida que uno empieza a comprender más
tarde puede ser mucho más divertida de lo que creía Jaime Gil de Biedma.
Sobre todo si se disfruta cuesta abajo y sobre el sillín de una bicicleta. Que se lo digan, si no, a Martin Guillaume.
RESPUESTA.- He estado sometido a un claustro, o a un
confinamiento como dicen impropiamente, desde el 28 de febrero del año
20. Yo realmente salí 15 días a un monte salvaje asturiano. Aparte de
esa breve salida, el mío ha sido un encierro prácticamente carcelario. Sin embargo, lo he llevado bastante bien. Sin sensación de enclaustramiento. Me he dedicado a trabajar furiosamente
entre 12 y 14 horas diarias. Y eso ha ocupado el lugar que hubiera
ocupado la situación depresiva que supone todo encierro. Lo he pasado
bien. Aunque con conciencia de las penalidades que
tantísimas personas están atravesando. Pero en lo que concierne a mí
situación individual, insisto, he estado bastante bien.
Siempre he creído que es una determinada mirada la responsable de
engendrar el misterio de la poesía. Una educación de la sensibilidad,
una perseverancia en la indagación, una conjunción de estados mentales y
situaciones que permiten a la inteligencia regresar de su propio abismo
con algo más que palabrería alucinada. Cuando se consigue habitar ese
estado de gracia, el lenguaje deja de ser máscara para convertirse en revelación.
Y entonces ya no tiene sentido hablar de la técnica porque se hace
patente la absoluta necesidad de la palabra precisamente en aquello que
tiene de verdadero.
La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Con este juramento
podría resumirse su escritura, puesto que aún conserva, a pesar del paso
del tiempo, la honestidad de quien sabe de lo que habla ya que siempre
estuvo a pie de obra. O sea, de ola. De hecho, su vida fue aquello que
transcurrió entre la llegada de una marea y la siguiente, siempre a
babor o a estribor de buques renqueantes, en la proa o en la popa de
enormes cargueros, alumbrado por atardeceres infinitos y con el rumbo
puesto en otra aventura. Leerlo es embarcar en una singladura sin fin.
Estos días, la reedición de sus poemas y de una mítica novela vuelve a
sacarlo a flote.
Si era el poeta de la luz, de la intensa claridad, tenía que serlo a la
vez de la lluvia torrencial, de la ribera del río, del arroyo desbocado.
Y vaya que lo es. Seguir hoy el rastro líquido en la obra de Claudio Rodríguez (Zamora, 1934-Madrid, 1999)
supone toparse con versos que fueron escritos en aquel tiempo de
silencio en que en España se liquidaba a gente por decreto ley. En aquel
país que se empezaba a vaciar por hastío y a secarse en los estíos. La
España invertebrada que de tanto arrastrarse por aquellos barros
adquirió el aspecto de lodazal que hoy aún mantiene. Por eso sobran los
motivos (y las metáforas) para afirmar que CR, aquel escritor de la
generación de los 50 que vivió dedicado en cuerpo y alma a descifrar los misterios de la claridad, también se mojaba.
Queda terminantemente prohibido
asomarse al interior… ¡de este poemario! Cerradlo, por favor. Ni lo
hojeéis siquiera. ¡Lanzad vuestro ejemplar tan lejos como podáis! Puesto
que contiene algo capaz de arruinar, de una vez por todas, vuestra
vida: verdad.
Por eso queda absoluta, necesaria, verdadera, tajantemente prohibido
asomarse al interior de sus páginas. O tratar de levantar la falda a
alguno de sus poemas para asomarse, entre verso y verso, como un niño
recién mordido por la curiosidad, al ventisquero luminoso que convierte a
las palabras en libélulas sin alas.
Porque la verdad, aunque nos digan los contrario, siempre duele. Y,
aunque también se empeñen en contarnos otra cosa, no hemos venido aquí a
sufrir, sino a disfrutar de las vistas mientras recorremos este
territorio inhóspito llamado existencia.
Queda prohibido este libro porque sus versos cumplen con el único
requisito necesario para que las autoridades sanitarias decidan su
ocultación, un requisito que a su vez fue el epitafio bíblico de un
poeta célebre: «¡Sé fiel!».
Y Óscar Puky Gutiérrez, especialmente en este Malas compañías,
poemario que abre la colección Tierra de nadie de la editorial
Bukowski, es fiel a una única consigna: sobrevivir. Mantenerse fiel a un
modo de hacer poesía, a esa fórmula más o menos mágica, pero siempre
honesta, que resulta de integrar en una misma pared de ladrillos siempre
por levantar el ideal del poeta Arthur Rimbaud («cambiar la vida») con
la columna vertebral del pensamiento de Carlos Marx («cambiar la
historia, transformar la sociedad»), aunque sea provocando úlceras de
entendimiento a los biempensantes, argamasa de una obra, la de Óscar
Puky Gutiérrez al completo, que parece estar siepre en construcción y en
permanente estado de búsqueda de sí misma.
Óscar Puky Gutiérrez y su poesía son gente honrada.
Suman una muchedumbre feliz que disfruta volviéndonos a todos del revés.
Óscar Puky Gutiérrez sigue, erre que erre, pulsando siempre las
mismas teclas, fiel a lo más íntimo e independiente de reglas o normas
vigentes.
Óscar Puky Gutiérrez combate la estulticia con incendios provocados
en camas deshechas. Y, por la parte que les toca, casi todos los poemas
de Malas compañías dejan claro, de un modo contundente y
contumaz, por qué es peligroso asomarse al interior de este poemario si
es que se hace con la intención de disfrutar del paisaje o para respirar
un poco de aire puro. No, esta poesía no va de eso. Ni mucho menos.
Leer a Óscar Puky Gutiérrez es como saltar, sin paracaídas, de un avión.
Por eso queda terminantemente prohibido asomarse al interior de este
poemario. Bajo peligro de derrumbe existencial. O del desprendimiento
interior que se producirá a partir del momento en que empecemos a leer
versos como Creo en el poema padre todopoderoso / y en el abecedario
de silencios al que nos acerca. / Creo en la primavera y otros
milagros…
En caso de hacerse, de asomarse a este poemario, si es que no queda otro remedio, por favor, que sea con un casco para el alma.
Llueve sobre las Marías que llevo en mí. / Acto bautismal. / Gotas de la necesaria higiene. / Dichosas lágrimas del buen amor.
Evitaremos, todos, males mayores y accidentes graves durante su lectura.
En principio, los hongos son unos de los organismos mejor cualificados para la remediación (descontaminación) medioambiental. Durante cientos de millones de años antes del boom
de las plantas en el Carbonífero, sobrevivieron gracias a su voraz
apetito: encontraron maneras de descomponer el detrito que otros
organismos dejaban.
Su capacidad para digerir plásticos, explosivos, pesticidas y
petróleo crudo está siendo actualmente aprovechada en tecnologías de
vanguardia, y el descubrimiento de que conectan plantas en redes de colaboración subterráneas, las Wood Wide Web, está transformando la forma en que entendemos los ecosistemas.
Tras una pelota, siempre va un niño.
Detrás de un niño, corre siempre un cura.
Dentro del cura, se aloja el barranco.
En un barranco, mataron a Lorca;
debajo del cual, trompetea Falla,
a quien se suma el cantaor Morente:
son tres tristes muertos resplandecientes
que arrastran, zombis, la funesta facha
de un microondas desenchufado.
Lorca, Falla y Morente. En un barranco.
Trotan delante de un cura, y de un niño,
en busca de esa pelota menguante
que recubra el Sacromonte de estrellas
con sus brazos en cruz de cruz de mayo.
Y entre tanto desorden, un disparo
de luz que maniata al tiempo con cándidas
cuerdas crueles. Cuerda niña. Cruel cura.
Como muchos otros grandes poetas, Mary Oliver tenía
claro que no estamos en este mundo para conocer, sino para prestar
atención. Que ciertas aves saben más de la vida que nosotros, que
conviene escuchar a las flores cuando hablan y que los ríos son
importantes porque en ellos encontramos compañía. Lecciones repletas de vida en torno a la naturaleza
en las que no hay respuestas pero sí consuelo suficiente como para
avanzar, pase lo que pase, sin dejar de sentirnos apegados a la tierra o
al mar.
No hay que ser Michael Phelps, ni dárselas de
deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos (28 medallas),
para comprender, desde la primera hojeada, que Por qué nadamos, recién publicado en España por Geoplaneta, nos permite tener agua, toda el agua de lagunas, piscinas y mares, entre las manos.
Agua corriente, blanda, dulce, salada, gris o bendita.
Agua a la espera de que saltemos a ella una vez más, para fundirnos en
ese singular abrazo que nos hace estar más cerca del animal que fuimos y
todavía somos. Agua que nos llama a gritos desde su remanso.Agua a chorro para ese nadador que todos, sin excepción, llevamos dentro.
Porque, como dice Bonnie Tsui, son muchos los que han sentido “la
atracción del elemento líquido desde edad temprana: ese deslizarse hasta
la gozosa inmersión, esa ingravidez creciente, ese acceso privilegiado a un mundo silente”.
Mucho antes de que un tal Cristóbal Colón descubriese
el mal llamado Nuevo Mundo, e incluso de que los cruzados se lanzasen a
conquistar buena parte del globo terráqueo en nombre de la cristiandad, ya estuvieron ahí los vikingos. Uno de ellos, en concreto. Leif Erikson,
hijo de Erik el Rojo, quien, acompañado de un grupo de aguerridos
compatriotas, parte desde Groelandia en busca de un sitio donde poder
gobernar con autonomía y llega a una isla situada al norte de Canadá. Corre el año 1000 y, aunque muy pocos textos de esa fecha se refieren a los nórdicos con el nombre de vikingos, ya que el significado original de esta palabra era “saqueador” o “pirata”, podemos asegurar que Leif Erikson y su tripulación vikinga descubrieron América.
Sostiene Tom Waits que los hombres «somos monos con armas y dinero». A
lo que añade: «Estamos inmersos en una versión gigantesca de la locura
que se desarrolla en cada cerebro humano». ¡Nada más que añadir,
señoría! Bueno, sí. Que lo clavó, el músico californiano, en esta
respuesta de una remota y surreal autoentrevista. Puro Waits.
Puesto que a la vista está que seguimos siendo aquel mono, aunque con menos pelo y más ardor de estómago, que un día descendió de la rama de su árbol favorito
para cumplimentar, displicente, el modelo 145 de la Agencia Tributaria.
Quizá sea hora de regresar a esa rama, castigados, como quien va a un
rincón de pensar, para reflexionar y replantearnos de nuevo, desde
nuestro lugar de origen, el sitio hacia dónde debemos ir.
Se abrieron diligencias sobre el caso: el cadáver flotaba en la piscina de un parque acuático de mala muerte; maniatado, sin cabeza, apestoso.
Gritó Caronte por megafonía: «¡FELIZ SIRENA, QUE LLORAS A MARES! ¡INFELIZ ULISES, MATASIRENAS!».
Mentirías, barquero, si dijeras que escuchas sus cantos de pezmujer.
Sólo la llamada de algunos muertos y el seco restallar de las ventanas te guía, Caronte, por secos lagos de añoranza y te alimenta en la fuente del olvido para evitar el llanto.
¡Ven en forma de sueño, de fantasma, demujersalmón o de ancla oxidada que el buzo lleva clavada en el bazo!
¡Arráncate las cuerdas que te atan al mástil! ¡Vamos a comer océano al dente! ¡Poseidón, casi todas las sirenas muertas y enterradas en cualquier charca se aparecen hoy subidas arriba de camino fúnebre hacia nosotros con revuelo triunfal de papagayos!
Otra leyenda, claramente falsa, pero que durará dos o tres siglos.
David Benedicte, en vez de con pluma o teclado, escribe con un escalpelo y, con él, nos vivisecciona sin contemplaciones para extirparnos de raíz las mentiras, excusas e imposturas que, como quistes benignos o malignos, nos han ido depositando la España negra y el capital en nuestras carnes y en nuestras almas, a lo largo de nuestras vidas. Además, es uno de los creadores de palabras más dotados e intuitivos de la poesía española actual, pues para nombrar esos quistes y adherencias, la ciencia quirúrgico-poética hispana, en su opinión, necesita de neologismos adecuados y precisos; y él los busca y los encuentra. David Benedicte es, pues, un eslabón más de la más fértil cadena forjada con rabia y sarcasmo de la tradición lírica peninsular, esa cadena de artistas, dramaturgos, narradores y poetas españoles que, desde 1492, ríen y se ríen con una dolorosa y amarga mueca por no llorar.
Nací en Madrid en 1969.
He publicado las novelas 'Travolta tiene miedo a morir' (Premio Francisco Umbral), 'Valium', 'Guía Campsa de cementerios', 'Tiempo muerto para Alí', 'Desgraceland' y 'Espanis Sico'. Y 'La Bella y la Bestia', una revisión del cuento infantil publicada por Alkibla.
También los poemarios 'Biblia ilustrada para becarios', 'Maremágnum 44' (Mención de Honor Mejor Poemario Revelación Revista Ágora), 'Poemarx' (Premio 'Ciudad de Badajoz'), 'Santa Claus va a rehab', 'Poesía eres tuit', 'AnoGrexia', 'Siuxneto' y la antología personal 'Versolari suelto'.
He ganado el I Concurso de Haikus Caleteros 'Fernando Quiñones' -convocado por la Fundación que lleva el nombre del poeta gaditano-, el I Certamen de Poesía Erótica Galería-Taberna Ánima (Sevilla) y el I Certamen de Poesía Bárbara de Braganza de San Fernando de Henares (Madrid).
He participado en el libro/CD 'Panero', musicado por Bunbury y Carlos Ann, y en la antología periodística 'Del boom a los recortes'.
* Arrebato Libros (La Palma, 21) * Librería La Palma (c/ La Palma, 40) * Librería Leer es viajar (c/ Alcalde Sainz de Baranda, 14) * Librería Pérez Galdós (c/ Hortaleza, 5) * Librería Antonio Machado (c/ Fernando VI, 17) * Librería Juan Rulfo (c/ Fernando el Católico, 86)
Otras obras
'Travolta tiene miedo a morir'. Premio Francisco Umbral de Novela Corta. 1997. 130 páginas. Zócalo Editorial. 10 euros.
"Hoy nace un escritor, a no ser que se mate en una moto, caiga en la droga o termine sus días en la cárcel de Carabanchel". "Su 'Travolta...' está en la corriente actualísima del realismo sucio pero con una escritura propia y fuerte, una construcción sabia y un humor seco y nuevo que debe ser el de esta juventud: el autor tiene veintitantos años. Me enorgullece patrocinar una primera novela tan lograda, la mejor en su género dentro de España" (Francisco Umbral)
"Lo siento por Matanzo, el último mohicano del madrileñismo, pero en Sol sonará ya siempre una hora europea, y el Madrid manhattánico que cantan los jóvenes novelistas -Mañas, Benedicte, Etxebarría, etc.- es la consecuencia última de una Movida que inició Tierno en la Casa de la Villa e impulsa Gallardón en la vieja Gobernación: cosmopolitismo se llama esa figura" (Francisco Umbral)
"David Benedicte tiene el sabor del idioma y acierta a juntarlo con la riqueza de lo vivido o lo soñado o lo imaginado o lo inventado. En fin, la eterna e infrecuente canción: tiene algo que decir y sabe decirlo"(Bernardino M. Hernando)
"Su último libro, 'Siuxneto', está repleto de poemas ácidos como el aliento del Jocker"(David Trashumante)
"Metáfora casi herética por su desmesura, el poeta nos habla desde el humor. Un humor ácido, corrosivo, irrespetuoso. Estas son sus armas para transitar por el infierno cotidiano... Poemas irónicos, sarcásticos, crueles, en los que el autor juega con la disposición gráfica y arma pequeños artefactos de poesía visual... Esta mirada lúcida, esta voz propia, estos poemas de rabia y compromiso, este mirar el mundo con la lente deformante del humor y la pasión de la poesía, nos ayudan a ver la realidad"(Antonio Crespo Massieu)
"Poeta desvelado, de una aspereza clarividente"(Juan Manuel de Prada)
"David Benedicte es un magnífico periodista, de larga trayectoria. Lo primero lo sé porque, aparte de haber leído muchas piezas firmadas por él, me ha entrevistado, y uno lleva ya las suficientes entrevistas a las espaldas como para saber quién va más allá y quién no. Y David va. También es poeta, pero (perdóneseme la maldad) logra que eso no le estorbe como novelista"(Lorenzo Silva)
"Muy buena 'Espanis Sico', tu novela autobiográfica. Mi favorita junto con 'Guía Campsa...'"(Miguel Ángel Martín)
"'Maremágnum 44': excelentes situaciones prendidas en inteligentes –e inquietantes– 'extravíos' y transgresiones"(Antonio Gamoneda)
"'Tiempo muerto para Alí', publicado por Ediciones B, es una obra que destaca en el mediocre panorama literario español y que trasciende de las banalidades que muchas veces encabezan la lista de éxitos. La voz de Benedicte nos hace reflexionar y nos lleva a territorios desconocidos que existen no muy lejos de nuestro entorno más cercano' (Pedro G. Cuartango - El Mundo)
Las referencias literarias y artísticas son claves en la poesía de Gimferrer. En la conversación con Barceló surgieron los nombres de Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David Benedicte. - See more at: http://www.hoyesarte.com/entrevistas/c32-artistas/en-los-momentos-mas-dificiles-es-cuando-mas-necesaria-se-hace-la-cultura_134073/#sthash.qjPobIfA.dpuf
Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
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Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
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Góngora, Shakespeare y Goethe; de T.S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra Pound; de Baudelaire, Rimbaud y Cavafis, Blas de Otero y David Benedicte.
“Lo importante de mis poemas es que puedan ser entendidos aunque no se conozcan las referencias que incluyo, igual que yo disfruto un poema de Góngora o Dante lleno de referencias que yo no poseo, no por eso el poema deja de imponerse”.
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"Benedicte es una de las voces más curiosas y originales de la narrativa española del momento". "No es autor proclive al costumbrismo, antes bien es un dinamitador de géneros porque posee corte lírico y algunas de sus metáforas valen por páginas enteras, lo que es mucho decir" (Juan Ángel Juristo) "David Benedicte es uno de los poetas más sólidos de la quinta del 70, uno de los más sorprendentes, rompedores y originales. Pero siempre con los pies en el suelo y las manos en la masa de las apasionadas coordenadas del ser humano" (Manuel de la Fuente)
"No es un escritor al uso y no entendemos por qué derroche de malditismo suele pegársele al instrumento con que escribe la pasión de una mirada libertaria, fronteriza si se quiere y ajena a arquetipos y a moldes convencionales" (Paco Huelva)
"Espanis Sico. Poesía del horror. Brutal y emocionante. En tiempos de lo políticamente correcto David Benedicte destruye lo correcto y lo político. Un guiso de plantas carnívoras."(Ángel Fernández Fernández)
"David Benedicte, desfacedor del discurso del capitalismo, experto en mirar oblicuamente de frente a los ojos de la realidad para dinamitarla"(Alberto García-Teresa)
"Es el 'punkie' de la poesía española"(María Eloy-García)
"El lenguaje alucinativo, delirioso, hipnoticante, de imágenes, símbolos y figuras, si no hay una metáfora por frase es que no hay tantas metáforas o lo que sean como parece, que expresa nuestro estado comatoso y lo que queda, el espíritu, la letra, el otro mundo -o el espíritu de los muertos, la letra de los vivos y el otro mundo nuestro: David Benedicte y la proesía, o sea, el mundo por delante, lavapiés, manosarriba, ahí fuera"(Felipe Valle Zubicaray)
"A la poesía, o se va con dinamita o mejor no molestarse"(José García)
"Es el Bret Easton Ellis español"(Pepe Cueto)
"Va sobrado de ingenio Benedicte en 'AnoGrexia'. No puedes partirte la caja todo el rato y me irrita un poco la disposición versal centrada en algunos poemas. Pero pasas un buen rato, a qué negarlo"(Juan de Dios García - La Galla Ciencia)
"Literatura juvenil es tu Bestia de 'La Bella y la Bestia, con ardor de estómago, eructando, y dándole patadas al lenguaje, retorciéndolo, inventándote vocablos, jerga, una nueva poética (me encanta lo de poesía a dentelladas), como hacen los chavales...'"(Patxi Irurzun)
"Su 'Tiempo muerto...' es una novela para reflexionar que seguro no tardan en llevar al cine, un thriller a ritmo de chotis, un personaje, Paco Carpena, espectacularmente desarrollado; una novela – tributo a las víctimas de Charlie Hebdo; y es que «la religión no es algo inmutable, como algunos pretenden» " (Luis Vázquez - Revista Fiat Lux)
"Resulta que la bestia de 'La Bella y la Bestia' vivía en Madrid. Y que, con algunos achaques por la edad y la mala vida, participaba en una terapia de grupo junto a otros villanos venidos a menos como Lobo Feroz, Maléfica, Cruella de Vil o el Capitán Garfio. Así lo imagina David Benedicte en 'Belleza interior', su versión del cuento de hadas que ha reinterpretado para el proyecto Te cuento... de la editorial navarra Alkibla"(Ion Stegmeier - Diario de Navarra)
"David Benedicte, cuando escribe, tiene polvo de hadas en los dedos"(De un informe de lectura en Seix Barral)
"¿Que no os gusta la Poesía? Eso es porque no habéis leído a David Benedicte. Yo probaría."(Victoria Campo)