[Pazz Entre Amigos #4]


[Pazz Entre Amigos #3]


[Pazz Entre Amigos #2]



De la poética, ya loco

Estos cinco poemas a David Benedicte
por la gracia de Merlín. 
Amigo y Poeta mayúsculo.

1

Hay locuras que son mentira,
Envenenamiento, borrachera,
Fingimiento, abducción,
Trance místico, penar
Y mal de amores, entre otras
Halitosis que expelen almas
Cuarteadas, llagadas
Y acaso malditas
De pus incontinente.
Pero la locura exuda perfume,
La quintaesencia que favorece
La sonrisa del que mira,
Con la cara lavada y limpia,
Al loco verdadero.

2

Una deuda con el poeta
Impagable transmisión de sabia
Que al árbol de las palabras
Enristradas y cantarinas
Vitalizará para fabricar hojas
Y ramas, unas tiernas otras…
Con la dureza que la vida obliga
A nacer vigas por varas,
Pero todas almas encadenadas
Al primer poeta que a la memoria
De otro poeta llegó a descansar.

3

Ser escriba, para que no se amustie
La tronca que me ha tocado en suerte,
Que si muere me iré dos veces
Una con la dentellada del silencio
Y otra con el envite a la vacuidad.
Escriba creía, por fotógrafo del alma
Pero es por eyaculador del hormiguillo
Que da la vida a las hojas cuajadas
De letras negras sobre cuarterones
De pantallas de azúcar cristalino,
Como cabeza plana y chupadora
De mi pecho cerebral que amamanta
El bucle eterno del nacimiento
Del verbo fino, del poema terminado
En la computadora necesaria.

4

Ya recapacitado el axioma
Sin respuesta plausible y verdadera,
Emerge un pensamiento:
Pariendo versos la deuda se paga
Con Juan Ramón, con los Luises, con Pablo,
Con César, con Rubén, con Aníbal,
Con Antonio, con Vicente, con Guillermo,
con…
Y con Juan de la Cruz,
El más grande entre los grandes.
Gracias por el préstamo,
Espero que el reembolso,
Con los intereses, esté a la altura.

5

Me fui quedando ciego
Del fulgor de los folios blancos,
Noches enteras delante de ellos
Sin poder atemperar el brillo,
Sin palabras que amansaran la fiera
Chupadora de las ubres neurales
De los poetas y escribanos.
Oh cuando el silencio se apodera
De la pluma, de la suave y cantora tecla,
Entonces fui perdiendo la vista
Y ganando el oído necesario
Para escribir de adentro,
De un lugar que abría oscuro
Y más tarde se encendía como la aurora
Para ver la vida desde allí
Límpida, olorosa, veraz, real,
Como monstruo fotogénico.
Es cortesía de Editorial Amarante.
Copyright Carlos de Tomás y Editorial Amarante, 2014.
Prohibida la reproducción sin consentimiento de los titulares de los derechos de autor.
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Para adquirir el libro o consultar la ficha de Editorial Amarante: 
http://editorialamarante.es/libros/poesia/dementia-inmaculata
Saldrá dentro de unos días en versión impresa.

[Pazz Entre Amigos]



Diríase que está confeccionado con rasca de la sierra, con brisa de mar, con sumo cuidado, con ganas de meter la llaga en el ojo y que quede libre el dedo para señalar.

Más bien diría que es un agradable condimento para la ensalada del verbo reír, hilo y dedal para denunciar, por eso tiene esa mezcla de mirada tierna y entrecejo de asesino que tan poco les gusta a los acomodados en el poder, que tanta inquietud convoca a los poltroneros canonizados por el sistema capitalista, esa mirada de cuarto creciente menguante morro a lo Mohamed Alí caido en la lona que era capaz de decirle al juez... SI SIGUES CONTANDO, EN CUANTO ME LEVANTE SE ME VA A ESCAPAR UNA HOSTIA. Pues eso.

La Poesía es un túnel atravesado por personajes, personas -bueno, también se cuela alguna mofeta disfrazada de vaca sagrada para darle calor al debate, que si no esto es muy aburrido-, pero no es aburrido con David Benedicte, simpático maligno donde los haya.

David posee una moral imperecedera, moral me refiero a moral, como un abanico que agita incansable. ¡Escúchenle! 

David, ¡¿qué puedo contarles de David?! Lo primero, que se llama como mi hijo, aunque éste sea como un hermano; lo segundo, que se llama también igual que Trashumante, ya me dirán ustedes si esto no es persecución o qué leches es, Davd, pues... pues que me excita, me excita mogollón, a ver,, menos risitas entre el público que os he visto...

El Papa Benedicte es el mayor experto en desatascar desagües poéticos que conozco, primero los desatasca y luego los vuelve a dejar como estaban, el puto amo desholllinador de los mil enigmáticos interrogantes que nos acontecen y pasan delante de nuestras narices y no los vemos, pues va él y los ve el muy jodido, tenga cuidado, tengan cuidado que como se descuiden les roba el cuponazo de los pesares y la desgana en un pis pas.

Yo confío en su palabra (oremos), confío en su palabra desde que le conocí hace dos años en La Barraca de Alzira, en casa de Antonio Martínez i Ferrer (ausente), confío en los descosidos que provoca leyéndole, escuchándole, es un cabronazo porque yo quisiera tener esa imaginación, pero nada, si quiero jadear ya si eso miro los anuncios de masajes y maduras y momias que ofrecen final feliz.

Final feliz, más o menos como acabarán ustedes esta tarde de cementerios, santa claus sulas me las sudan y herejes obsesivos en ser sirenas, a este amigo admirado, maestro de verso venenoso muerte súbita, tan dispar en su discurso, tan cercano a la hora de nadar entre los pecados más sublimes de esta sociedad traidora con los sueños, a Benedicte le contemplan jugosas protuberancias, aquí no hay goteras ni socavones, a este poeta lo que le va es asaltar trincheras, tocadores, esterillas de playa o tumbas prefabricadas, meterles la escopeta por el recto a los que nos disparan, a los que nos venden la puta moto (que desde que tengo uso de razón la están vendiendo y no hay forma de que alguien le pegue fuego ya), a David le gustan poco los panfletos y mucho bailar en el alambre, aplica al lector o al oyente el noviciado de la locura del delirio, devolver con su escritura la dignidad tanto a compromiso como a la sonrisa.

Buena falta nos hace.

Tan necesarios son estos pálpitos, tan necesarios.

Les dejo con David Benedicte, que yo ya me he columpiado lo suficiente.

Gracias.

Texto leído por Javier Gm como presentación de mi recital en el Kaf Café valenciano. 

¡Un honor, maestro!