[Declaración de intenciones]





Buscamos esa poesía que no se publicita en los medios, pero que está hecha con la misma pasta de todos esos discursos civiles invisibilizados también por ellos, y de todos los movimientos civiles igualmente invisibilizados, a los que esa misma poesía ha querido acompañar, sumándose a ellos, e incorporando en ella, al mismo tiempo –y no por la sola enunciación del poema–, la verdadera capacidad transformadora de lo social. Una poesía de la conciencia crítica, de la extrañeza y del duelo. Una poesía vinculante, despierta y rebelde ante el estado de cosas actuales que reacciona contra una sociedad hiperestetizada de “seres normales”, en donde la dominación empieza por la imaginación subyugada y ansiosa, siempre insatisfechos, que genera el mercado. Una poesía que recoge lo excluido, lo discordante, lo incómodo, todo lo que no encaja en el discurso de la normalidad ideológica de este verdadero neofascismo imperante, sin que por ello renuncie a lo íntimo, ni a la enunciación diversa de los conflictos y de la confrontación con lo real de los sujetos o de las colectividades, pues no está ligada a ningún canon monolítico e inmutable. Nuestra suerte común, como ha dicho Enrique Falcón, también es un asunto personal, no cabría mayor irresponsabilidad que quedarse al margen, no cabría mayor ignorancia que creer que esto, quedarse al margen de lo real, es posible hoy día.

Voces del extremo. Más, de momento, aquí.