La vergüenza es que tengas que irte a provincias para que valoren la poesía de primer nivel. Spain is different, dice con razón. Si hubieses nacido en París, ya tendrías una calle con tu nombre.
En esta road novel disparatada nos encontramos un extraño e inverosímil escenario. El Cielo, nos lo presenta su autor, David Benedicte (1969), como una rocambolesca prolongación de este mundo. Un Paraíso poblado por unos personajes que parecen extraídos de una alucinación lisérgica, de un universo pop, de una travesura existencial que linda con lo esperpéntico. Hay quienes ya relacionan a Benedicte con autores como Mendoza. Yo iría más allá y diría que esta Guía tiene fuertes lazos con la poética del descalabro de autores beat como Burroughs y su fulminante Almuerzo desnudo. En este sentido apuntar el cuidado lenguaje que preside toda la novela y que tiende a lo poético sin dejar de lado la parte más narrativa. Una estructura aparentemente caótica (no se respetan las reglas gramaticales ni los signos de puntuación) pero que responde a un ordenamiento interno bien meditado, nos sumerge en un mundo desquiciado en el que unos personajes trasnochados del Más Allá van en busca de su Salvador.