[Entrevista En ABC]

LIBROS / POETAS A PIE DE WEB

"Hay poetas que esnifan sus propios estrambotes"

Día 24/01/2015 - 11.54h

Acaba de publicar el mejor (bueno, es el único) libro de tweetpoemas de todos los tiempos: «#Poesía eres tuit»

Rompedor, iconoclasta, cachondo, genial, irónico, mordaz y sobre todo muy personal y más intransferible, el poeta David Benedicte (antes fue periodista, pero eso es harina de otro costal, un costal amargo muchas veces) tiene por costumbre (sanísima) descolocar al lector (y a su editor también, que preferiría unos sonetos, o unas octavas) con sus poemarios (recordemos su aterradora «Biblia ilustrada para becarios», con un campo de exterminio de fondo), aunque ahora parezca haberse suavizado un poco (será el amor, serán los años), (no, se dejen engañar por ciberromántico nombre) el título es otra de sus frecuentes añagazas) con su nueva entrega, «#Poesía eres tuit»(Ed. Unaria, Colección Además de la palabra), que empieza con este sentido homenaje a Bécquer del título y acaba como el rosario de la aurora. ¿Lo vemos?
-No me dirá que Bécquer era un tuitero...
-Claro que sí. Todo poeta, en realidad, tiene alma de tuitero, por aquello de pasarse la vida contando y recontando sílabas y caracteres. Imagino que a Gustavo Adolfo no se le hubiese dado nada mal lo de moverse, como un poseso y con total desenvoltura, en plan tuitero  dinamitero, por la actuales redes sociales. Imagino que hubiese llamado a su blog algo así como Del salón en el ángulo oscuro», o algo por el estilo.
-«Volverán las oscuras golondrinas» suena a amenaza.
-[Carcajada] El problema de las oscuras golondrinas es que no es que vuelvan, sino que no se marchan de aquí ni a tiros. A algunas, de hecho, hasta les archivan causas judidicales por el simple hecho de volar más alto que los demás. Lo cierto es que estas elecciones que se presentan, otra cosa no, pero van a darnos mucho que reír (¿o llorar?). Ni Bécquer hubiese imaginado un panorama así. Desde luego que vuelven a correr malos tiempos para la lírica. Y para esta pobre España nuestra.
-¿Es usted el primer tweetpoeta de la Historia?
-[Ríe] Pues no lo sé. Aunque, en caso de ser así, confío en que esa misma Historia acabe por absolverme. Según Apollinaire: «La sorpresa constituye la principal fuente de lo nuevo y en ese sentido, pertenece exclusivamente a nuestros tiempos». No entiendo muy bien lo que quiso decir, la verdad, pero creo que por ahí, por esa senda luminosa, tienen que ir nuestros tiros, los del poeta actual.
-Pues a mi lo suyo me parece una estrategia comercial...
-¿En serio? Hummmmm... Hablar de estrategia comercial y Poesía es como hacerlo inteligencia militar'u honestidad-en-la-actual-política-española. Pura contradicción. Un bendito e injusto oxímoron. Me quedo con lo que dijo el bueno de Bukowski al respecto: «Poesía es mentir con la mayor sinceridad posible». Eso sí que es una buena estrategia. Y en ello estamos.
-De esto no hay tradición. ¿O es que Lope también.era tuitero?
-Lope, de haber podido y haberse manejado un poco con un Mac o con un PC, seguro que se hubiese convertido en un experto hacker con el fin de colarse en la tablet de Góngora (otro que tenía buenas manera para haber sido un troll' y dinamitarla desde dentro, cambiándole el sentido de algunos versos.
-¿Es usted el hippie o el okupa de la poesia española?
-A mí, como a Jodorowsky, me cuesta mucho definirme. Bastante tengo con aguantarme cada día. Me gustar pensar que, además de todo eso que usted dice, algunos de mis versos pasan de convertirse en mariposas a moscas cojoneras. La poesía tiene que ser transgresora, desafiante, difícil, exasperante. Se da por supuesto que, si es realmente buena, provocará resistencia, afrentas, consternación. Pero ya sabemos que es lo que nos toca padecer si es que queremos avanzar. No creo que mucha de la poesía que se hace hoy en España nos invite a recorrer las complejidades de nuestro mundo. Por eso, entre otras razones que ahora no vienen al caso, estoy metido en esto hasta el cuello.
-¿Es usted un comodón o un vago, como todos los poetas?
-Sí, sin duda. Vago como el que más.
-Porque sabemos que un poeta es un vago por definición...
-... y por afición. No nos engañemos. El único que no salió dado a la vagancia fue don Antonio Machado. Todo el día que si caminante por aquí, o se hace camino por allá. Él fue la excepción que confirma esa regla secreta en que al poeta normal las musas siempre lo pillan, o durmiendo, o al final de la barra del bar. Perdido por esos rincones oscuros tan dados a la creatividad. Los poetas somos vagos y maleantes, por definición. Y bastante borrachuzos, además. Otra cosa es que también abunden los que esnifan hasta los estrambotes de sus propios sonetos y escriban más colgados que una percha. Pero yo, a esos, apenas los frecuento [sonríe irónico].
-O sea, que novelas históricas no va a escribir...
-Pues no. Eso de documentarse durante cinco años para escribir un libro se lo dejo a los más dummies. Pero sí que estoy a punto de publicar una novela negra ambientada en el Madrid actual cuyo título es «Tiempo muerto para Alí». Ya le contaré.
-¿Es usted un poeta social o sucial?
-[Ríe] Yo no soy más que, como decía Jaime Gil de Biedma, otro «poeta de domingo con conciencia de lunes». Un pobre tipo que trata de no imitar lo existente, sino que hace que las cosas sean nuevas al escribir versos. La buena poesía, social o sucial, lo que tiene es que liberarnos de las maneras más habituales de ver el mundo.
-¿Es el tuit el haiku del siglo XXI?
¿Por qué no iba a serlo? Estoy con Rothko y con Gottlieb cuando afirmaban, hablando de sus cosas, que su función como artistas era «hacer que el espectador vea el mundo a nuestra manera, y no a la de él». Yo incluyo en esa rotunda sentencia al lector de poesía frente a las propuestas del poeta.
-¿No le gustan los endecasílabos como a un poeta normal?
-[Sonríe] Claro que sí. Y hasta los alejandrinos. Sobre todo, cuando son buenos. ¡Oiga, mucho cuidado y no se equivoque usted conmigo que, aquí donde me lee, he escrito hasta alguna sextina que otra! La transgresión y las novedades no tienen por qué estar reñidas con lo tradicional, sobre todo en Poesía.
-Se me acabó la mecha. Despídase con un ripio zorrillesco.
-¡Hombre, tanto como zorrillesco...! ¡Tampoco vamos a liarnos la manta a la cabeza a estas horas del día!, ¿no? Ahí va uno de los tuits del poemario. Que les aproveche: «Steve Jobs descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos en forma de ;-) que, realmente, era una hostia consagrada».