[Un Poema de AnoGrexia]

 


ULISES DESATADO


Se abrieron diligencias sobre el caso:
el cadáver flotaba en la piscina
de un parque acuático de mala muerte;
maniatado, sin cabeza, apestoso.

Gritó Caronte por megafonía:
«¡FELIZ SIRENA, QUE LLORAS A MARES!
¡INFELIZ ULISES, MATASIRENAS!».

Mentirías, barquero, si dijeras
que escuchas sus cantos de pezmujer.

Sólo la llamada de algunos muertos
y el seco restallar de las ventanas
te guía, Caronte, por secos lagos
de añoranza y te alimenta en la fuente
del olvido para evitar el llanto.

¡Ven en forma de sueño, de fantasma,
demujersalmón o de ancla oxidada
que el buzo lleva clavada en el bazo!

¡Arráncate las cuerdas que te atan al mástil!
¡Vamos a comer océano al dente!
¡Poseidón, casi todas las sirenas
muertas y enterradas en cualquier charca
se aparecen hoy subidas arriba
de camino fúnebre hacia nosotros
con revuelo triunfal de papagayos!

Otra leyenda, claramente falsa,
pero que durará dos o tres siglos.

El mar, siempre tan inquieto, anochece.