Solitario y furtivo, con su ramo,
va a locales nocturnos en busca de parejas.
Lo he encontrado en las calles cercanas a la Rambla
con unas rosas sin olor a rosas
en una noche sin olor a noche.
Me perdí en las traseras de la vida.
Una mujer que no eres tú, en la sombra,
te ha robado los ojos y llora. La ciudad
es una exacta y monstruosa copia.
Como un Cupido viejo,
pasa escupiendo el vendedor de rosas.
Mientras se aleja, pienso que a tu amor
no le perdones nada. Ni el final.