[Margarit se llama mi amor]


El vendedor de rosas

Solitario y furtivo, con su ramo,

va a locales nocturnos en busca de parejas.

Lo he encontrado en las calles cercanas a la Rambla

con unas rosas sin olor a rosas

en una noche sin olor a noche.

Me perdí en las traseras de la vida.

Una mujer que no eres tú, en la sombra,

te ha robado los ojos y llora. La ciudad

es una exacta y monstruosa copia.

Como un Cupido viejo,

pasa escupiendo el vendedor de rosas.

Mientras se aleja, pienso que a tu amor

no le perdones nada. Ni el final.

Joan Margarit. Casa de Misericordia.


Fotos de Marz Max y Javier Ocaña