[Qué Sencillo Es Hacer Un Fantasma]

 
Cómo matar

Bajo el arco de una pelota,
niño que se convierte en hombre,
escruté el aire largo tiempo.
La pelota cayó en mi mano
y cantó en el puño cerrado:
Abre ábrelo
ten este obsequio hecho para matar.

Ahora en mi disco de cristal emerge
el soldado que debe perecer.
Sonríe, y se desplaza con modales
que su madre conoce, hábitos suyos.
Los radios tocan sus facciones: Grito
ahora. La muerte, igual que un familiar,

oye y mira, ha hecho un hombre de polvo
de un hombre de carne. Esta alquimia
practico. Condenado como estoy, me distrae
ver difundirse el centro del amor
y las ondas de amor viajar hacia el vacío.
Qué sencillo es hacer un fantasma.

El mosquito ingrávido toca
su pequeña sombra en la piedra
y con qué semejante, qué infinita
ligereza, hombre y sombra se encuentran.

Se funden. Una sombra es un hombre
cuando el mosquito de la muerte se aproxima.

Poema de Keith Douglas
Túnez-El Cairo, 1943