[Más Opiniones Contundentes]

Dicen los taurinos que no hay quinto malo. Y no se equivocan porque tu quinto poemario es un destilado benedictino de alta concentración. Conviertes, querido Bene, el aparente hándicap de limitarte a un número determinado de caracteres en la mejor de las virtudes. Y es que eso te obliga a pasarlo todo por el oscuro alambique que son tus entrañas y lo que sale es Poesía pura: lo que sobraba se ha evaporado en el proceso. Caricia y puñetazo conviven en armonía en Poesía eres tuit, aunque parezca increíble. Versos que viven en el alambre y que lo mismo te sacan un sonora carcajada (Las modas / han causado / más daño / que las revoluciones) que te envían un directo a la boca del estómago que provoca una suerte de malestar interior que dura unas cuantas horas (linchamiento). Y miedo, mucho miedo, como en la poética del dron. En estos casos, recomiendo releer el poema un par de veces y dejar que sangre. Dicho esto, reconozco que no es un poemario fácil y que le exige mucho al lector. ¡Bien! Como en ese cementerio del jazz por el que pululan ecos de metal y en el que hay que saber escuchar los silencios y leer los espacios en blanco. O esa Nadia que vive en un 10 perpetuo muy a su pesar. Y no quiero terminar sin una mención especial del jurado a ese pedazo de homenaje en esdrújulas al maestro Umbral. Enorme. Lo dicho, tienes una voz única, arriesgada y que no busca hacer amigos ni palmaditas, con la mano fofa, en la espalda.
 
Jondo, hermano, muy jondo.

Se te quiere.

Vivi.