Tendieron
en su frente
alambre de espino
alambre viejo
oxidado rojo oscuro
una maraña de remiendos
y envolturas
y pinchos metálicos.
El pequeño Oskar
estaba
completamente
desnudo
y su cuerpo
rociado
con el contenido de un bote
de lubricante
que se había derramado.
Luego ya sólo
hubo cansancio
un cansancio tan grande
parecido a un pozo profundo
que los prisioneros creyeron que estaba inconsciente
mientras lo percibía todo
y se daba cuenta con asombrosa claridad
de que se estaba muriendo.
Entonces recordó
cosas aquel
niño becario que iba para kapo
cosas que
posiblemente
no le habían ocurrido nunca.
Nunca.