Paul Auster & Paul Auster


¿Sabían ustedes que Paul Auster no es Paul Auster, o sea, que hay dos Paul Auster pululando por ahí? Cuesta diferenciarlos, eso sí. Nacieron ambos en Newark, Nueva Jersey (EE.UU.), el mismo día y a la misma hora de hace 62 años. Miden cerca de 1,80 centímetros y, aparentemente, no hay nada que los distinga. Aparentemente. En realidad, el segundo trabaja para el primero, a sueldo de la editorial neoyorquina donde trabajan ambos. Y acude a recibir premios en su nombre y se ocupa de las entrevistas. Hoy está aquí, en León, recogiendo el premio Leteo en nombre del primero. Así me lo confesará en tan sólo unos segundos, a partir de la primera pregunta, la misma que están a punto de leer. Comparte este Paul Auster de pega con el ‘verdadero’ Paul Auster una mirada profunda, que parece ‘ficcionalizarlo’ todo a su paso. Y la misma voz áspera y modulada. Y las mismas buenas maneras de neoyorquino tenaz. Eso que en Brooklyn llaman ser cool y aquí no es más que casticismo ilustrado. Ambos, Paul Auster y su clon, beben té y fuman puritos holandeses (no en vano el primero escribió los guiones de Smoke y Blue in the face). El falso Paul Auster viaja, además, en compañía del clon de la imponente Siri Hustvedt, la mujer del escritor, también novelista. La doble de Siri es alta, rubia y permanece embutida en un costoso abrigo a las puertas del parador donde ambos están alojados. La historia parece digna del ‘verdadero’ Paul Auster. O de un relato de Stephen King. O de un episodio de Ley y orden. O de un capítulo de Expediente X. Juzguen ustedes. Yo me limito a apretar el rec.